jueves, 17 de junio de 2010

Digo que no miento.

Soy sincera cuando digo que no eres la persona con la que pensé compartir mi vida. Tampoco miento cuando digo que aunque nuestra forma de querernos sea distinta a la forma de querer que he practicado, es la forma más bonita de querer a alguien.

Digo la verdad cuando digo que lo que dices hace que diga todas esas cosas que dicen que completa a una persona, y puedo decir que soy feliz cuando veo en tus ojos que lo eres, y diré en voz alta que digan lo que digan apuesto por esto, apuesto por ti, porque entre tantas palabras estúpidas que se dicen las tuyas tan solo dicen lo que quieres decir, o quizás lo que yo quiero que digan, o tal vez lo contrario a lo que dicen las demás.

Y hoy digo, que confirmo lo que dije y lo que diré en el futuro, que no miento cuando te digo que te quiero.

martes, 8 de junio de 2010

Dime el color de un momento que te haga feliz

Hay una pregunta que suelo hacer a menudo:

 ¿Cual es el color de un momento que te hace feliz?

Mi respuesta siempre ha sido la misma, AZUL, ¿por qué? pues no lo sé, supongo que por los momento en mi cuarto que es azul, o por la ropa de aquel día... no lo sé.

Hoy el color de un momento que me hace feliz sigue siendo el azul, y hoy, tengo 100 motivos o más para decir porqué:

Azul son las paredes de mi cuarto donde fantaseo y construyo una vida plena, azul y blanca es la bandera de mi ciudad, azul fue mi primer coche, azul mis primeras botas de fútbol, azul es la camiseta que llevabas aquella noche, azul, azul, azul...

Elijo el azul, su frío en el hielo, el calor que transmite el cielo en un día de verano sin nubes, el mar azul me transmite libertad, y elijo el azul, el azul de los ojos de no se quien, que me miran y me siguen allá donde esté.

Sin duda, el color de un momento que me hace feliz, es el AZUL

viernes, 4 de junio de 2010

.

¿Sabes? Soy incapaz de encontrar una cosa más bonita que tu. Tampoco creo que exista mejor pasatiempo que matar los minutos mirándote, ni mejor sabor que el del primer beso que me das cada mañana, ni mejor trabajo que memorizar cada lunar de tu piel, y mucho menos mejor melodía que tu respiración en mi cuello cuando me abrazas al dormir. Y no te puedes hacer a la idea de lo fácil que es juntar estas palabras mientras te veo dormir.


Dulces sueños princesa.