Prométeme

Porméteme que me quieres, que después de esta noche me seguirás queriendo, ya no te pido que dentro de una semana, te pido que me quieras hoy, sí sí, así, con un día más me contento, mañana volveré a rogarte, y no por nada, es que me gustan como suenan tus "Te quieros".

Digo que no miento.

Soy sincera cuando digo que no eres la persona con la que pensé compartir mi vida. Tampoco miento cuando digo que aunque nuestra forma de querernos sea distinta a la forma de querer que he practicado, es la forma más bonita de querer a alguien.

Digo la verdad cuando digo que lo que dices hace que diga todas esas cosas que dicen que completa a una persona, y puedo decir que soy feliz cuando veo en tus ojos que lo eres, y diré en voz alta que digan lo que digan apuesto por esto, apuesto por ti, porque entre tantas palabras estúpidas que se dicen las tuyas tan solo dicen lo que quieres decir, o quizás lo que yo quiero que digan, o tal vez lo contrario a lo que dicen las demás.

Y hoy digo, que confirmo lo que dije y lo que diré en el futuro, que no miento cuando te digo que te quiero.

Dime el color de un momento que te haga feliz

Hay una pregunta que suelo hacer a menudo:

 ¿Cual es el color de un momento que te hace feliz?

Mi respuesta siempre ha sido la misma, AZUL, ¿por qué? pues no lo sé, supongo que por los momento en mi cuarto que es azul, o por la ropa de aquel día... no lo sé.

Hoy el color de un momento que me hace feliz sigue siendo el azul, y hoy, tengo 100 motivos o más para decir porqué:

Azul son las paredes de mi cuarto donde fantaseo y construyo una vida plena, azul y blanca es la bandera de mi ciudad, azul fue mi primer coche, azul mis primeras botas de fútbol, azul es la camiseta que llevabas aquella noche, azul, azul, azul...

Elijo el azul, su frío en el hielo, el calor que transmite el cielo en un día de verano sin nubes, el mar azul me transmite libertad, y elijo el azul, el azul de los ojos de no se quien, que me miran y me siguen allá donde esté.

Sin duda, el color de un momento que me hace feliz, es el AZUL

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¿Sabes? Soy incapaz de encontrar una cosa más bonita que tu. Tampoco creo que exista mejor pasatiempo que matar los minutos mirándote, ni mejor sabor que el del primer beso que me das cada mañana, ni mejor trabajo que memorizar cada lunar de tu piel, y mucho menos mejor melodía que tu respiración en mi cuello cuando me abrazas al dormir. Y no te puedes hacer a la idea de lo fácil que es juntar estas palabras mientras te veo dormir.

Dulces sueños princesa.

Momento en blanco

Hoy tuve un momento en blanco, sí sí, como te lo cuento, en blanco. Fue solo un instante, en el que perdí noción de todo mi mundo, no sabía ni dónde estaba, ni qué hacía, ni quién era.

Realmente fueron unos pocos segundos, pero el pavor que sentí no sería capaz de describirlo. No voy a negar que durante un instante sintiera felicidad, no existían malos recuerdos ni preocupaciones, pero también pena, pena por no sentir nada.

Sé que no fue casi tiempo, quizás solo un pestañeo, pero para mi fue eterno, pero termino, solo tuve que levantar la mirada y ver tus ojos, y en ellos pude verme a mi.

Sé que no volverá a pasarme, y si pasa no volveré a sentirme tan perdida y asustada, solo tendré que mirarte para verme en tus ojos, y descubrir quién soy.

He de reconocer, que a menudo, cuando algún suceso me supera, busco tus ojos, así encuentro la seguridad y paz que trasmites, o quizás para buscar en ellos esa parte de mi en la que yo no creo, pero que a través de ti, en ciertos momentos, llega a aflorar.

Para saber quién soy, solo he de mirarme en ti, y con algo de suerte, podré ser siempre como tu quieras verme.

:)

Recuerdo esos momentos de caos, no sabía si el caos habitaba en mi cabeza o simplemente el caos era yo... Todo parecía realmente absurdo, complicado y sucio. Y de pronto... llegó el momento.

Al parecer era obvio el tú y yo, todo el mundo lo vio, menos yo, empeñada en negarlo, intentando que la gente no creyera algo que no estaba ocurriendo, y a la única persona a la que conseguí engañar fue a mí misma.

Conseguí encontrar el camino de baldosas amarillas, y conseguí sonreír cada mañana por el simple hecho de existir, y con el tiempo inventé otros mil y un motivos para seguir haciéndolo a lo largo del día.

Lo hiciste, me conquistaste y aquí me tienes, no podría irme a ningún lado, porque no conozco mejor lugar que estar al lado tuyo.

Me encantas, me encanta tu forma de ser, y sobre todo me encanta lo que soy desde que estás conmigo, porque tu me hiciste, porque yo quise ser lo que soy contigo.

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-Ssssshhh... calla un segundo.

-¿Por qué?

-Quiero disfrutar el momento.

-¿Sabes? Te quiero.

-Sigue hablando y no calles...

- ¿Me cuentas un cueto?

- ¿Quieres un cuento?

- Sino no te lo pediría, pero por favor, que sea uno romántico y bonito.

- Erase una vez el día que te conocí y fuí feliz el resto de mi vida. Fin

- Buenas noches

- Buenas noches.

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Hoy he estado pensando que es lo que me gusta de ti, y la respuesta ha sido una lista interminable de pequeñas y grandes cosas, pero sin duda me he dado cuenta de que lo que más me gusta de ti son esas pequeñas imperfecciones que consiguen darte esa perfección, que te hacen real, que te hacen única.

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-Dime una cosa, ¿la vida es siempre tan complicada o a medida que te haces mayor todo va siendo más fácil?

-¿qué quieres que te diga? ¿la verdad o lo que quieres oír?


-¡Miénteme!


-Es todo sencillísimo, tanto tanto que hasta nos aburrimos...

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De puntillas,
sin siquiera mirar al abismo.

Sobre el cable,

toda tu vida evitando caer.

La gravedad te baila,

te mira, te ríe, te llora.

Aterida de frío,

la cuerda, tú, la nada...

Si tu quieres...

Si tu quieres...

... yo quiero.

Sino quieres...

...yo no quiero.

Si me quieres...

... te quiero.

Sino me quieres...

también te quiero.

Y ahora cada día el cielo se convierte en el techo de la habitación, y me basta con saltar un poquito sobre la cama para tocarlo y bajarte una estrella cada noche...