jueves, 7 de abril de 2011

.

¿Por qué siempre incumplimos las promesas más importantes? No, hablo de las que le haces a tu pareja, tampoco las de tu madre o un amigo, me refiero a ésas; ésas por las que deberíamos de esforzarnos más por cumplir, las promesas que nos hacemos a nosotros mismos. Déjare de fumar, no vuelvo a beber, no caeré en su juego, voy a hacer dieta, mañana empiezo al gimnasio, solo una caña y vuelvo... y mis favoritas, no volveré a amar y no´volveré a perdonar. ¿Somos idiotas o qué? Si nos planteamos estas promesas quizás sea porque es lo mejor para nosotros, pero tan ovedientes ccomo somos hacemos caso omiso, fijamos la promesa que más daño pueda hacernos, la ponemos en el punto de mira, cogemos carrerilla y chocamos contra ella incumpliéndola repetidamente, tantas veces como haga falta para entender que da igual cuanto nos lo prometamos, siempre nos vamos a fallar...